
ARCHIVO/EFE/ Joebeth Terriquez
Desde el pasado viernes 12 de mayo, con la finalización del Título 42, se aplicará el Título 8 en el trámite para los migrantes que ingresen de manera irregular al territorio estadounidense. Quienes ingresen entre puertos de entrada, sin inspección, no serán elegibles para solicitar asilo y serán deportados de manera expedita hacia México, salvo que califiquen para alguna excepción. Además, se les impondrá una prohibición de reingreso a los Estados Unidos por un período de 5 años.
El abogado Julio Henríquez en entrevista con TVV comentó: “La administración de Biden ha hecho un esfuerzo bastante grande por generar incentivos para que la gente no entre por la frontera de manera ilegal. Estos incentivos disminuyen drásticamente la posibilidad de solicitar asilo. En la medida en la que también generan estos incentivos, debemos reconocer que se han creado algunos mecanismos para que las personas puedan solicitar asilo por otras vías, como por ejemplo a través de la aplicación CBP One. Sin embargo, el número de personas que pueden tramitar su cita por medio de esta aplicación es bastante restringida y el volumen de personas que típicamente solicitan asilo entrando por la frontera, es mucho mayor que el número de personas que van a poder hacerlo a través de la aplicación.”
Tras la finalización del Título 42 el gobierno mexicano ha informado que solo podrá recibir mil migrantes al día que hayan sido deportados de los Estados Unidos, ya que no tiene la capacidad ni la voluntad de aceptarlos.
De acuerdo al abogado Julio Henríquez, la implementación del Título 8 ha tenido “un cambio significativo en quiénes van a ser excluidos. El número de personas que pueden ser excluidas va a ser mucho mayor. En cuanto a quiénes no sean deportados de manera expedita, bien sea porque usen la aplicación CBP One o porque califiquen para una excepción, las personas van a estar sujetas a un proceso de deportación, es decir, se tienen que presentar frente a un juez, quien va a decidir su solicitud de asilo.”
Existen dos principales excepciones dentro de las restricciones establecidas. Una de ellas aplica a aquellos individuos que han solicitado asilo en un país de tránsito en su ruta hacia Estados Unidos y han sido rechazados. Por ejemplo, un venezolano que ha atravesado la selva del Darién y ha pasado por varios países antes de llegar a Estados Unidos, si solicitó asilo en Panamá o Guatemala y su solicitud fue negada, podría tener la excepción para poder solicitar asilo dentro de los Estados Unidos.
“Otra excepción se refiere a personas que se encuentran en un riesgo muy elevado de muerte en alguno de los países por los que han transitado. Estas personas podrían tener la excepción de poder solicitar asilo, a pesar de haber ingresado entre puertos de entrada. No obstante, probar esta situación de riesgo puede ser bastante complejo.”
El abogado Henríquez también explica que existe otro mecanismo que todavía sigue en proyecto y que pudiera aliviar la situación que se está viviendo en estos momentos: “se refiere a la posibilidad de que los migrantes puedan solicitar refugio, en lugar de asilo, desde un tercer país. Pudiera ser desde Colombia, Costa Rica o Guatemala, los migrantes venezolanos o de cualquier nacionalidad podrían iniciar un proceso en el cual estudien si la persona tiene miedo de regresar a su país, y este es un miedo fundado y este es como consecuencia de pertenecer a alguna las categorías protegidas: nacionalidad, raza, religión, opinión política o pertenencia a un grupo social en particular. Si se reconoce que la persona es un refugiado, esta puede entrar a los Estados Unidos bajo esta categoría. Este mecanismo que está ahora mismo en proyecto, creo que pudiera significativamente impactar el acceso de los migrantes a la posibilidad de obtener protección.”
Adicionalmente, otro modo de poder entrar a Estados Unidos de una manera legal podría ser el Parole Humanitario, que, si bien no está directamente relacionado con el Título 8, podría ser una solución viable, sobre esto comenta el abogado Henríquez: “Creo que vale muchísimo la pena intentar obtener una entrada a los Estados Unidos a través del Parole Humanitario, obtener conexión con un sponsor en los Estados Unidos que le pueda brindar esa oportunidad, pero sabemos que esto puede tardar meses en que sea acordado, y por lo tanto las personas que están en una situación de mucha vulnerabilidad les sería muy difícil este proceso. Si bien los mecanismos legales que están siendo aplicados en la frontera sur de Estados Unidos permite la posibilidad de tener una entrada legal, el número de aplicaciones diarias responde a un promedio de mil solicitudes a través de la aplicación CBP One, esto deja en el limbo a miles de migrantes que no tendrán la posibilidad de solicitar asilo en los Estados Unidos si cruzan de manera ilegal y son atrapados.”